Roser Arques es técnica en salud de la oficina Espai Jove de Tortosa. También es fotógrafa freelance, activista, integradora social, mediadora comunitaria y técnica en salud de la oficina Espai Jove, de Tortosa (Tarragona). Arques colabora en distintos proyectos sociales y culturales a fin de guiar y ayudar a jóvenes, de entre 14 y 25 años, en el ámbito personal y profesional.
Espai
Jove es una organización destinada a resolver las inquietudes de aquellos
jóvenes que les notifican un problema. Pese a que la labor de Roser Arques es
solventar todo aquello relativo a la salud, también se dedica a solucionar «problemas
de todo tipo». «Ayudo a aquellos que “están perdidos”, a los que no encuentran
su identidad», explica. «También en temas de sexualidad, adicciones, etc.», añade.
No
todos los jóvenes que recurren a Espai Jove pueden ser ayudados directamente
por el personal de la organización. En determinados casos, según Arques, a la
persona se la deriva «hacia otros rumbos» y a sitios «más especializados», como
podría ser el Servicio de Psicología o el Servicio de Atención Para la Mujer
Maltratada. En estos casos Roser Arques afirma: «Informamos y acompañamos al
joven a resolver sus dudas».
Si
bien, en la mayoría de casos los jóvenes son los que toman la iniciativa de exponer
sus temores directamente con la organización. También, existen ocasiones en las
que el mismo personal de Espai Jove se percata mediante actitudes y
comportamientos. «Algunas tardes en las que estoy aquí con los jóvenes detecto
cosas, mientras juegan e interactúan entre ellos», cuenta. Es en ese momento en
el que Roser y el equipo de Espai Joven intervienen con cautela para que la
conversación entre ambas partes sea «más amena». «No nos ven como médicos y
tampoco tenemos un atuendo “profesional”, relata. Eso hace que la comunicación
sea mucho más fácil», subraya Roser.
El
objetivo de Espai Jove es servir de guía en la toma de decisiones de estos jóvenes.
Sin embargo, Arques considera que la persona «decide qué es lo que debe de
hacer con su vida». Esta declaración se atribuye al aspecto negativo de su
trabajo: «Es muy duro intentar ayudar a alguien que no se quiere ayudar». «Si
esta persona no quiere nuestro acompañamiento puede que necesite un tiempo de
reflexión» reconoce.
Desde un punto más interno, Roser Arques cuenta que trabajar en Espai Jove implica: «Conocerse a uno mismo y tener una base ya hecha, porque sino te puedes desmontar en dos segundos». «Ellos no necesitan a alguien que llore con ellos», insiste. Aun así, Roser Arques subraya: «Este es el trabajo que yo quería y no sabía».
0 Comentarios