Las fiestas de la Magdalena son las fiestas representativas de la ciudad de Castelló. La pandemia derivada de la COVID-19 provocó su cancelación en los años 2020 y 2021, teniendo así consecuencias graves a nivel económico y estructural, tanto dentro como fuera de la Comisión de Fiestas y Ayuntamiento. Esta situación ha provocado el alzamiento de algunas voces a favor de cambiar la forma de celebrar las Fiestas de la Magdalena.
Cada año, en conjunto con las Fallas de València y según el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dan cerca de 700 millones de euros a la Comunitat Valenciana. José Juan Sidro Tirado, miembro del consejo municipal de cultura y patronato de fiestas, relata como vivieron la cancelación de las fiestas de la magdalena a tan solo un par de días de su inicio: «En principio fue un mazazo». Cuenta que son unas fiestas que se organizan con muchos meses de antelación, y que para cuando se canceló, ya estaba todo lanzado: «Que las fiestas se tengan que suspender a dos días del inicio no solo supone un problema económico, sino también organizativo, ya que en esos tres días había que desmontarlo todo».
Desde la comisión de Gaiatas, Esteban Gual Ibáñez es presidente de la federación gestora de Gaiatas y presidente de la Gaiata 6, cuenta cómo vivieron ellos esta cancelación: «Como de este tema ya se llevaba hablando en las noticias e incluso en las reuniones con la alcaldía, de sorpresa no nos cayó». Tanto Sidro como Gual coinciden en el problema que supuso el poco tiempo de margen que hubo entre cancelación e inicio de las fiestas. Gual cuenta a tres días de magdalena ya está todo contratado, todo planificado, todos los gastos están hechos, y «a contrarreloj» hay que descontratar las cosas para que no supongan un gasto además del que ya habías realizado.
Según Gual, otro problema económico se encuentra en el mantenimiento de las gaiatas: «Tenemos gastos del local, todos los meses pagar el alquiler, luz, agua… Tenemos una serie de gastos bancarios, pero no podemos hacer nada, no podemos ni vender llibrets, ni rifas, ni llevar a gente allí». Confiesa que como presidente de la Gaiata 6, no cobra la cuota íntegra a sus socios, sino que estos pagan el mínimo que por estatutos les marcan para que puedan «sobrevivir». En el año 2020, al igual que el resto del año, a las gaiatas les correspondía una subvención que Sidro estima que ronda los 14.000€. Sin embargo, debido a la cancelación de las fiestas, este dinero no se dio íntegramente, sino que se destinó una parte a la compra de material sanitario. Gual relata que hicieron lo que hizo falta para ayudar a otros colectivos «más necesitados».
Esteban Gual cuenta cómo desde el año 2020 no han recibido ninguna otra subvención: «Ha pasado un año, llegarán las fiestas del 2022, habrán pasado 2 años y si no nos dan nada tendremos que sobrevivir con lo que tenemos». Explica que están manteniendo reuniones con la Diputació, Generalitat y Ajuntament para tratar de abrir una línea de ayudas, pero aún están en ello.
Por otro lado, encontramos a Sidro, que opina que este año debería haberse reducido más las subvenciones dadas a las comisiones: «Considero que este año debería haberse hecho una reducción mucho mayor, porque el monumento es el mismo. Si entendemos que la ayuda ha de ser para potencial la gaiata, y esta no se ha modificado, la ayuda no debería ser tan grande». Además opina que cada comisión debe de hacerse cargo de sus propios gastos de luz, agua, alquiler etcétera.
En València, el espíritu fallero es una realidad que se vive todos los años. Sin embargo, según Sidro Tirado, en Castelló las comisiones de sector están pasando «por un momento de crisis», y algunas de ellas solo tienen 15 socios. Y es que se ha dado cuenta de que el formato del año 1945 (enlace mi entrevista) no está funcionando hoy en día. Considera que hay que buscar la forma de hacer evolucionar las comisiones de las fiestas de Magdalena: «Si la ciudad colaborase, pues adelante, pero si se ve que eso se están desmontando, habrá que buscar otras alternativas».
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