Dicen que el primer amor nunca se olvida. Cuando queremos por primera vez, lo hacemos de una manera que nos dejará huella para siempre, para lo bueno y para lo malo. Cada historia de amor se vive de una manera, y como humanos, experimentamos una gran variedad de emociones diferentes. ¿Cómo algo tan dulce puede saber tan amargo? ¿Cómo explicar el final de algo que nunca acabará? ¿Qué es eso que tienen las primeras veces que no se vuelve a repetir?
Hoy os presento cinco historias distintas, para romper con el estereotipo de «la perfección del primer amor», dando voz a esa pluralidad que nos caracteriza como humanos. Sentimientos positivos, negativos, idílicos, tóxicos, utópicos, destructivos y autodestructivos, que nos hacen crear nuestras propias realidades en base a la experiencia, y que para cada persona no deja de ser una realidad «especial». Ese amor que nos crea unas expectativas y que, en la gran mayoría de personas, perdura con nosotros, creando nuestra propia definición del amor. Única e irrepetible. Entonces yo me pregunto ¿No tiene una única definición el amor? ¿Es el amor romántico una construcción social?
¿Quién no ha sentido mariposas alguna vez? Encontrarte con tu primer amor es como salir a un escenario lleno de público por primera vez, y que las piernas entre tanta fragilidad no sostengan un cuerpo que ya no es tan nuestro como al principio. Después ya nada es igual, y lo que perduran son las expectativas, ya que al fin y al cabo el amor es eso, crear unos cánones de perfección que no siempre pertenecen a la realidad. Ahora bien, si el primer amor es tan bonito como pensamos, ¿por qué se termina? He ahí la cuestión ¿Qué buscamos después del primer amor?
0 Comentarios