Foto: Instagram Noemi Subirats
Noemi Subirats es una joven de 23 años procedente de Tortosa (Catalunya), que como muchos jóvenes de este país, se encuentra en el paro. Su devoción es la danza y desde hace poco menos de un año se ha planteado que en un futuro próximo, impartirá clases de baile. No obstante, residir en una ciudad tan pequeña como Tortosa le ha imposibilitado desarrollarse profesionalmente. Tras su despido en su último empleo, en supermercado, ha tomado conciencia y ha decidido trasladarse a Castelló para poder alcanzar sus metas.
—¿Su despido fue por la finalidad de su contrato en la empresa?
No. A mí me tenían de prueba en un periodo de seis meses, aunque no llegué a completarlos porque sufría ataques de ansiedad. Para frenar con mi estrés y mi ansiedad me di una baja temporal, por lo que, acto seguido me despidieron. A las empresas no les gusta que cojas la baja porque no les beneficia.
—¿Cómo le ha afectado su cese en la empresa?
Al principio sufrí otro ataque de ansiedad. Pero después de la tormenta sale el sol. Vi que era una oportunidad para mí, para poder buscarme la vida en otro sitio. Al fin y al cabo las cosas pasan por algo.
—En referencia a su educación, ¿qué nivel de estudios ha podido alcanzar en una ciudad pequeña como es Tortosa?
La prueba de acceso, un ciclo medio de Comercio y Marketing y algunos cursos de la Cambra de Comerç.
—¿Vivir en Tortosa le ha impedido progresar en sus estudios?
Aquí en Tortosa hay muy poca oferta académica. Las ramas de estudios que hay están relacionadas con la sanidad y lo administrativo. Es por eso que muchos jóvenes se van hacia otras ciudades más grandes.
Asimismo, llevo muchos años buscando trabajo estable, de todo tipo, en todo tipo de empresas y nunca me han dado esa oportunidad. Los únicos que me la dieron fueron los de Mercadona, pero solo buscan a gente para campañas de verano y yo necesito trabajar todo el año. No me sirve estar tres meses ganando dinero, para luego estar los nueve restantes sin hacer nada.
—Está afirmando que encontrar empleo en Tortosa es muy difícil…
Sí. Cuanto más pequeño sea el pueblo, más difícil es encontrar trabajo. Además, aquí todo se mueve por enchufe. Con una agenda de contactos encontrarás trabajo más fácilmente… Si tienes suerte de que te contrate una empresa será porque tienes mucha formación de estudios y mucha experiencia.
—¿Cómo le ha afectado la crisis sanitaria a la hora de buscar empleo en Tortosa?
Yo he tenido un poco de suerte en encontrar empleo. Al principio de la pandemia solo se buscaba a gente para trabajar en el sector de la sanidad o del comercio, porque era lo único que estaba abierto. Y asimismo, poca gente se atrevía a trabajar de cara al público, sabiendo como estaba la situación.
Sin embargo, siempre ha sido difícil encontrar trabajo aquí, por el tema que he dicho antes. El paro juvenil es una realidad que ya estaba antes de la pandemia. Aunque pueda que la COVID-19 haya influido más, si tenemos en cuenta que los establecimientos han estado cerrados durante mucho tiempo… Ahora que van a abrir fronteras y comunidades yo creo que el problema seguirá vigente. Así que, las empresas tienen que dar un poco de apoyo a los jóvenes.
—¿Qué tipo de vacantes de empleo se ofrecen en Tortosa?
Suelen ser para fábricas, hay muchas empresas industriales y alguna que otra tienda… Eso sí, también te piden la ESO, el bachillerato y un montón de cosas que creo que no hacen falta.
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