Las mujeres toman las armas

Los cargos de poder en España experimentan una feminización 

Roseanne Barr, actriz: «Lo que las mujeres aún tienen que aprender es que nadie te da el poder. Simplemente hay que tomarlo». Las palabras de la intérprete podrían aplicarse a la situación del sexo femenino en relación con la toma de posesión de los altos cargos en España. La ocupación laboral pública y privada está experimentando un proceso de feminización sin precedentes que acerca ambos sexos a la paridad, a pesar de las diferencias todavía existentes. 

A raíz del incipiente movimiento feminista y de la modificación de la legislación, la presencia de mujeres en los cargos de poder es una realidad cada vez más tangible. En 2019, se promulgó la nueva Ley de la Igualdad, mediante la cual se exige a las empresas establecer en un período de dos a tres años un plan de equidad en su seno, así como facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar, y prohibir el despido por embarazo. 

Esta serie de incentivos favorecen la participación femenina en el mundo laboral y liberan a la mujer de ataduras como la incompatibilidad maternal con el trabajo y otras prácticas históricamente vinculadas a la figura femenina. El panorama para la mitad de la población mejora a partir de los recientes movimientos sociales, que dinamitan la desigualdad entre sexos y establecen nuevas realidades en los diferentes ámbitos laborales. 

La mujer política 

El papel de las mujeres en la política española depende en gran medida del partido al que pertenezcan y del escalón en el que se sitúen. Según el InstitutoNacional de Estadística (INE), en los cargos ejecutivos de los partidos únicamente hay una paridad exacta en Podemos (50% - 50%), mientras que en el otro extremo se encuentra Vox, que cuenta con una presencia femenina significativamente menor (23,5%). Esto quiere decir que por cada 2 mujeres en el ejecutivo de Podemos, hay 1 en Vox.


En el Congreso de los Diputados se repite el escenario, ya que hay equidad por parte de todos los partidos, salvo en el PNV (33,3%) y Vox (26,9%). En otras palabras, por cada 4 personas que hay en el anterior partido, 1 es mujer. El Senado contempla un panorama similar: hay equidad, exceptuando  Esquerra Republicana (33,4%), JxCat (33,3%) y PP (31%). 


Los únicos niveles en los que la figura femenina se encuentra en un plano dominante o igualitario con el hombre son, en primer lugar, los cargos ministeriales -donde hay una repartición no paritaria en detrimento del sexo masculino con un 37,5% de hombres- y, en segundo lugar, el Parlamento Europeo, donde España está representada por un 47,1% de mujeres.


Con respecto a otros años, el INE destaca dos tendencias positivas en el ámbito político: Por una parte, ha habido un incremento del 1,1% de mujeres en los cargos ejecutivos de los partidos con respecto a 2018 y, por otra, la representación femenina española ha aumentado un 6,1% en el Parlamento Europeo con respecto a 2014 (de 41% a 47,1%).

Círculos privados 

Las empresas privadas más poderosas de España, aquellas incluidas en el IBEX 35, albergan los puestos de mayor responsabilidad del país. En este aspecto, el papel de las mujeres en la presidencia queda reducido a una sola persona: Ana Botín. En estadísticas, esta información se refleja en que un 32,9% de los cargos presidenciales están ocupados por mujeres. 
 

En el mismo entorno, no existen mujeres representantes de las 35 empresas más importantes de España, mientras que los cargos de consejería en el IBEX 35 están ocupados por un 25% de mujeres. Esta última cifra es considerablemente positiva, si se tiene en cuenta que en 2012 era 13 puntos inferior.

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