La ópera prima de Zach Braff, el protagonista de la sitcom Scrubs, es una comedia romántica-agridulce sobre la superación de la culpa y el amor como impulso hacia la madurez. Braff, en su debut, encontró de nuevo la forma de tratar los temas más profundos envueltos en las historias más sencillas como antaño, en su papel como JD.
Garden State trata sobre la historia de un joven que regresa a su pueblo para el funeral de su madre y, al hacerlo, deberá enfrentarse a una parte de su vida que dejó atrás, donde no podían faltar los amigos raros o la inevitable chica, protagonizada por Natalie Portman. Ambos hechizan el desarrollo del filme junto a un excelente tratamiento de las emociones y sentimientos, en medio de la sorpresa de lo cotidiano. Todo esto de forma paralela a una fotografía extraordinaria acompasada por una banda sonora prácticamente perfecta, que ofrece un cierre sublime de la historia.
Ante todo, se centra en la compleja etapa que supone el paso de la adolescencia a la edad adulta. El director nos convoca a disfrutar de una historia personal y sincera sobre la superación de la culpa como paso previo para abrirse a la vida a través del amor. Nos encontramos ante una de esas pequeñas obras maestras independientes rodadas sin ánimo de destacar, pero dotada de ese toque mágico esencial.
Precisamente, puede que esa búsqueda constante del mimetismo para encajar con el resto, aunque no nos sintamos representados, sea algo que nos asuste tanto como al propio protagonista en este fotograma.
Tal vez sean estas las historias más sencillas de argumento y a la vez más profundas en personajes. Gente corriente, sus rarezas y sus problemas latentes que pugnan por encontrar una vía de escape. Personas que buscan su lugar en el orden de las cosas y que intentan encontrarse a sí mismos en medio de la inseguridad en la que siempre flotamos. Seres que pasan por la vida tratando de hallar algo firme a lo que aferrarse y la seguridad de algo a lo que se pueda llamar hogar.
La historia rodea lo insustancial y lo profundo, las crisis existenciales, la sensación de no saber a dónde va tu vida cuando te acercas a los treinta y de cómo decides perseguir tu felicidad, enfrentándote a tu pasado que puede haber condicionado los aspectos más negativos de tu personalidad. En general, ni Garden State ni Zach Braff dejan a nadie indiferente.
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