El puerto del futuro

El cambio en los puertos es un hecho e inquieta a los estibadores



     Twitter: @portcastello                                                        Lucía Loyarte      

                                   Puerto de Castelló 1951                                                 Puerto de Castelló 2017

La fuerza bruta, la unión de trabajadores y los accidentes laborales, describen a la perfección lo que era la estiba hace apenas un siglo. Años atrás, las mercancías se transportaban gracias a los trabajadores que cargaban y descargaban los buques con sus propias manos exponiéndose a accidentes laborales que podían llevarlos incluso a la muerte en algunos casos. Hoy en día es imposible imaginar un puerto comercial sin contenedores y grúas de 20 metros, esta mecanización ha agilizado enormemente la producción de los puertos, aunque también se ha convertido en una gran preocupación para los estibadores, debido a los reajustes de platilla que se han estado llevando a cabo con el paso del tiempo. La automatización total de los muelles ya es un hecho y lo cierto es que con el tiempo todos los puertos dispondrán de tecnología punta para realizar el trabajo de estiba, y es aquí cuando surge la pregunta de si realmente esto vale o no la pena y la respuesta de los portuarios es cuanto menos clara: es imposible imaginar un puerto sin mano de obra.

La estiba es a día de hoy un factor esencial en la cadena logística que abastece todo el país, aproximadamente el 90% de las mercancías que entran en España, lo hacen por el mar, según las estadísticas de Puertos del Estado. Este sector ha sido protagonista de numerosos debates que siguen presentes en la actualidad como los salarios excesivos o la supuesta endogamia que lo envuelve. El último debate al que ha sido expuesto el colectivo es la automatización total de los puertos. Hace años la carga y descarga de contenedores era uno de los trabajos más duros y mal vistos de la historia, la imagen de los estibadores se asociaba a los bajos fondos, el personal portuario lo formaban personas de clase social baja que quedaban expuestas a unas condiciones laborales duras.

«Antiguamente para realizar un trabajo de desestiba necesitabas 20 personas por la mañana y otras 20 por la tarde, ahora prácticamente con 15 o 16 personas durante un día lo tienes», afirma Ximo Pesudo, presidente del Comité de Empresa de Estibadores en Castelló. Esto deja ver que los estibadores de aquel entonces quedaban expuestos a accidentes laborales, horas excesivas de trabajo y tareas realmente duras día sí y día también. Esto cambió a partir de 1860 cuando se creó la primera grúa de estiba impulsada por máquina de vapor y alrededor de 1966, llegaron a los puertos de Europa los sistemas de mecanización, entendiendo como sistemas de mecanización pequeñas grúas y algún que otro camión para agilizar el transporte de los contenedores.

Actualmente, la mayoría de los sectores laborales se encuentran mecanizados en gran medida, la tecnología en fábricas o empresas es un hecho y, «en cuanto al sector de la estiba, —dice Francisco Gonell, estibador del puerto de Castelló—, hoy por hoy, la mayoría de los puertos se encuentran en un estado de semiautomatización, ya que la mano de obra sigue siendo fundamental para llevar a cabo los procesos de desestiba».

Aunque sí que es cierto que desde 2017 la automatización total del sector empezó a abrirse paso. En este caso, coincidiendo con la huelga general de estibadores en España por el conflicto de liberalización del sector con las empresas, en Shandong, provincia de la República Popular de China, se inauguró el primer puerto totalmente mecanizado. «Se sustituyeron por completo a los estibadores porrobots y aumentó de una manera exponencial la productividad», explica el periodista Zigor Aldama en un artículo de El País.

La productividad en un puerto automatizado como el de Qingdao, según datos de la web estadística de icontainers ha aumentado un 30% los últimos cuatro años, y en una terminal de estas características, se llegan a descargar alrededor de 33 contenedores por hora, cifras impensables años atrás. A raíz de los niveles tan altos de productividad que se han ido registrando desde entonces en el puerto de Qingdao, Ximo Pesudo afirma que las empresas «quieren liberalizar el sector hasta tal punto en el que, si pudiesen trabajar simplemente unas máquinas llevadas por un ordenador y desde su casa ellos mismos, lo harían». 

Según Jordi Aragunde, estibador del puerto de Barcelona y hasta hace unos meses coordinador general del Consejo Internacional de Estibadores (IDC), «la automatización sirve sobre todo para mejorar la vida de las personas y evitar riesgos», aunque apunta que el problema viene cuando se empieza a utilizar esta automatización para sustituir los puestos de trabajos o tareas que normalmente hace el trabajador portuario.

Por lo tanto, es aquí cuando llegamos al punto de inflexión del problema, y lo que más preocupa al colectivo estibador es la disminución de personal. «Nuestro mayor fantasma es la automatización de los puertos», afirma Francisco Gonell, estibador del puerto de Castelló e insiste diciendo con total seguridad que esto es la lacra y el cáncer que puede llevar a la muerte total del estibador. Aunque, recalca que, en los puertos pequeños, como es el caso del puerto de Castelló, este procedimiento tardará en llegar a diferencia de los tres grandes puertos españoles (Valencia, Barcelona y Algeciras) donde «la automatización viene encarada y va a producir mucha rotura dentro del sector» y donde el estibador «va a tener que reinventarse, deberá cobrar un papel más técnico y deberá adquirir más conocimiento en informática y robótica», concluye Gonell.

Ese miedo y esa incertidumbre de no saber qué pasará con la estiba los próximos años inquieta al sector portuario, pero si hay algo que caracteriza a los profesionales de la carga y descarga de mercancías marítimas es la lucha constante por sus derechos, «cuando algo no nos ha gustado hemos peleado hasta conseguir lo que nos parecía correcto», afirma Jordi Aragunde. Por lo tanto, teniendo en cuenta que la mano de obra seguirá siendo esencial en un sector como este, el estibador deberá adaptarse a las nuevas circunstancias, y seguir luchando para que así la llegada de la total automatización de los muelles se alargue todo lo posible.


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