Juan Vicente Remón: «Hay cientos de familias en València que no llegan a fin de mes»

A finales de diciembre, el partido político Frente Obrero ocupó un local vacío de la Calle Pintor Sorolla de València que era propiedad de la familia Usó Ferrera.  En ese edificio crearon un banco de alimentos y un albergue social temporal para familias que se habían quedado sin hogar creando la Esperanza Obrera. Juan Vicente Remón es uno de los miembros que ha creado  el proyecto de la Esperanza Obrera.

Pregunta— ¿Qué os motivó a ocupar este edificio?

Juan Vicente Remón— Ocupamos este local porque pertenece a la quinta familia más rica de la Comunitat Valenciana. Es una manera de criticar al sistema y hacer frente a aquellos que tienen mucho dinero. También, al estar en el centro de València queríamos evidenciar la pobreza que hay porque la gente piensa que la pobreza es algo de otros países, pero gracias a este proyecto se han visto las colas del hambre en pleno centro de la ciudad.


P— ¿Pensáis que ocupar edificios está bien?

J— Nosotros estamos en contra de ocupar cuando sean viviendas o segundas residencias de particulares. También, estamos en contra de la ocupación con “k” para hacer narcopisos o pisos de hippies llenos de droga, como hemos visto en Cataluña o en otros muchos sitios. Ocupar un piso de un banco vacío, un piso de un gran empresario o de un fondo buitre que están deshabitados sí que lo vemos bien


P— ¿A cuántas familias habéis podido ayudar gracias a la Esperanza Obrera?

J— Viviendo en la Esperanza Obrera han pasado diez familias y en los repartos hemos podido ayudar a más de 300 personas en cada uno de ellos. Nosotros hacíamos los repartos de comida y ropa más pequeños todas las semanas porque, al fin y al cabo, tienen que comer. Después, cada dos o tres semanas hacíamos los repartos más grandes porque hay cientos de familias trabajadoras en València que no llegan a fin de mes. 


P— ¿Alguien de la Generalitat Valenciana se puso en contacto con la Esperanza Obrera para hablar?

J— Al contrario, nos pusimos nosotros en contacto con ellos. Les enviamos una carta, en el momento en el que entramos en el edificio, para quedar con ellos y negociar. Queríamos que nos dejaran desarrollar nuestro proyecto [la Esperanza Obrera] y, a cambio, nosotros nos encargaríamos de pagar un alquiler simbólico de 300 euros. También, quisimos que la Generalitat nos cediese un edificio, pero no nos contestaron hasta que le hicimos un escrache a Mónica Oltra. 


Fuente: Esperanza Obrera

                                

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