Fuente: Elaboración propia a través de vídeos propios y del Ayuntamiento de Sagunto
Los inicios (1900 - 1936):
Lo que hoy se conoce como el Puerto de Sagunto nace el 7 de agosto de 1900. Quizás no como tal, pero sí se produce uno de los hechos que cambiaría la historia de alquerías y casas de campo que allí había. Esta es la fecha en la que el Sr. Ramón de la Sota y Llano y su socio, Eduardo Aznar de la Sota, acuerdan un arrendamiento de las Minas de Sierra Menera. «El Puerto de Sagunto nace de una iniciativa empresarial encabezada por dos primos empresarios vascos», contaba Buenaventura Navarro, historiador y escritor. El mismo año ambos crearon la Compañía Minera Sierra Menera (CMSM). El objetivo, en palabras de Sota ante los inversores, era: «Transportar por ferrocarril el mineral de hierro hasta el puerto marítimo más próximo del litoral mediterráneo». El mismo Buenaventura detallaba que los empresarios, «después de estudiar el terreno y la orografía un tiempo, creen que el mejor lugar de explotación podría ser el Puerto de Sagunto, ya que quieren tener un puerto propio y una línea de ferrocarril propia». Así, de forma inconsciente y sin pensar en ello, dos primos vascos acababan de fundar un nuevo núcleo urbano.
La empresa se dedicó a la explotación de mineral de hierro de las minas de Ojos Negros y Setiles «siendo su objetivo final la exportación de dicho mineral a través de una línea de ferrocarril y un embarcadero», afirman Antonio Ortiz y José María Prats en su libro El Puerto de Sagunto: Crónica de un Siglo. Cuando deciden poner en marcha el proyecto lo que consiguen es crear algo ambicioso, donde ellos tienen las herramientas de explotación, no dependen de nadie más. Desde el principio llevan en mente explotar el mineral y hacer el ciclo completo de la producción siderometalúrgica, pero deben hacer un potente montaje siderúrgico.
El año 1907 podemos decir que es el inicio comercial de la empresa, ya que en este año sale el primer barco lleno de mineral con dirección a Reino Unido. Es en ese mismo año cuando llega el primer tren minero transportado por el ferrocarril propio de la compañía. A partir de aquí se viven unos primeros años de apogeo, pues «llegan nuevas inversiones, hay excelentes niveles de producción y una gran exportación de mineral de hierro», destaca Sonia Garcés, técnica de Patrimonio perteneciente a la FCV Patrimoni Industrial i Memòria Obrera. Uno de los motivos del crecimiento fue la neutralidad de España en la I Guerra Mundial, ya que esta posición le servía para ser proveedora de manufacturas y alimentos hacia los países beligerantes.
Con relación a esta buena situación, la empresa empieza a construir grupos de viviendas para la plantilla que constituían una nueva trama urbana. A comienzos del siglo XX en Puerto de Sagunto vivían unas 300 personas, explicaba Garcés. Al mismo tiempo, Sota convence a los accionistas que estaban con él de que era momento de crear una planta siderúrgica para el Puerto de Sagunto. Por ello, en 1917 se funda la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo (CSM), donde «el objeto social de la misma era construir y explotar en Sagunto un establecimiento siderúrgico para la fabricación y elaboración de hierros y aceros, y las demás operaciones para dicho objeto», describía la técnica en patrimonio.
«El atractivo de esas inversiones fue fundamental para la llegada de personal y familias», justificaba Buenaventura. Los empresarios trajeron técnicos y personal de confianza de procedencia vasca, pero también contrataron a gente de distintos orígenes: valenciano, catalán, aragonés, etc. El ferrocarril empezó en las minas de Sierra Menera. Desde allí hasta el Puerto de Sagunto, en las estaciones y puntos por donde pasaba, «se había creado un estímulo para otra forma de vivir», proseguía Buenaventura. Este estímulo fueron las inversiones industriales y, al mismo tiempo, el efecto llamada. La línea de ferrocarril, como un río, llevó a toda la población hasta la desembocadura, el Puerto de Sagunto. Mucha de esta gente empezó a trabajar en el pueblo yendo en un tren de la empresa o viviendo en casas muy modestas.
Las compañías, pensando en atraer al personal, construyen elementos sociales. Buscaban, sobre todo, llamar la atención del personal de confianza (de procedencia vasca). Se intentaba conseguir trabajadores y fijarlos «para llegar a conseguir toda esa masa que necesitan para llevar a cabo la producción», enunciaba Buenaventura. Sobre 1920, cuando se están poniendo en marcha las primeras instalaciones industriales para hacer el ciclo siderúrgico, se construye un recinto privilegiado para beneficiar socialmente a la cúspide de la plantilla (técnicos, ingenieros, abogados, jefes de administración, etc.), este recinto se conoce como la Gerencia.
El 6 de enero de 1923 se obtiene la primera colada del Alto Horno N.ª 1 (hoy destruido). Pese a esta buena noticia, la construcción se había retrasado un poco y los países que eran clientes principales, se estaban reconstruyendo tras la I Guerra Mundial. Sin importar mucho este hecho, Sota sigue con su proyecto. El 14 de junio de 1926 se pone en funcionamiento el Alto Horno N.º 2 (el único en pie actualmente). La década de los años 20 al 30 es uno de los de más bonanza, pues es el inicio del proyecto y «se alcanzaron los más altos niveles en la producción de hierro, acero y laminados», argumentaba Garcés. Justo esta época de auge frenó por el comienzo de la crisis económica internacional del crack del 29 (además de por el ambiente político en España bajo la Dictadura de Miguel Primo de Rivera) que supuso la paralización de la producción tanto de la CMSM (Compañía Minera de Sierra Menera) como de la CSM (Compañía Siderúrgica del Mediterráneo). Esta situación se mantuvo, de manera intermitente, hasta después de la Guerra Civil. «Los despidos de personal afectaron en forma de involución, es decir, al contrario que el efecto llamada, mucha gente volvió a sus lugares de origen para mantenerse allí o buscar otros medios de trabajo», contextualizaba Buenaventura. En un núcleo tan ligado a la industria, una crisis en ella afectaba a todo lo demás.
El peor escenario: crisis y guerra (1936-1939)
En 1936 estalla la guerra civil. El 17 de agosto de ese mismo año muere Ramón de la Sota, justo en un momento donde la gestión de la empresa no era nada fácil. «El 18 de julio de 1936 los obreros incautaron la fábrica para ponerla al servicio de la República», explicaba Garcés. Durante la guerra civil este núcleo industrial se convirtió en uno de los principales productores de armas para la causa republicana, llegando a denominarse Fábrica número 15 de la Subsecretaría de Armamento. Este lugar fue el objetivo industrial valenciano más bombardeado, pero como contaba Buenaventura, «la propia masa trabajadora era consciente de lo que tenían y lo que estaban haciendo».
En las memorias de Julià Martí, delegado Sindical de la época, este detallaba que, durante uno de los bombardeos, los trabajadores chillaban: vienen a bombardear, la colada es nuestra, tenemos que continuar, tenemos que continuar.
Fuente: Levante EMV // Vista aérea de la población de Puerto de Sagunto
¿Volver a nacer? (1940 - 1952)
Al terminar el enfrentamiento bélico, el franquismo (que salió victorioso) se apoderó del estado aplicando una dictadura fascista que buscaba una economía autosuficiente. Las empresas que se pusieron de su lado recibieron subvenciones. La familia De la Sota, en cambio, fue desposeída de sus bienes por su apoyo al nacionalismo vasco y la siderurgia pasó a manos de Altos Hornos de Vizcaya. «Ellos, bajo el nuevo control, guían las inversiones, pero siempre se decantan más hacia la fábrica de Vizcaya, de donde es la empresa», remarca Buenaventura. El 31 de diciembre de 1940 desaparece la CSM.
Tras las reparaciones pertinentes realizadas por motivo de la guerra, en el 1941 vuelve a encenderse la llama y parece que el Puerto de Sagunto renace. Pero no, la II Guerra Mundial lastra mucho a España. Periodos de hambre, enfermedades y pobreza labraban las tierras del territorio español. Cuando acabó la II GM, España quedó aislada del mundo, pero la producción al poco tiempo volvió a coger fuerza.
La época dorada (1953 - 1973)
En el año 1953 España es acogida en la ONU, hecho que aporta un enorme respiro a la empresa. Al mismo tiempo, EEUU, metida de lleno en la Guerra Fría, ve en España una posición estratégica perfecta para luchar contra la URSS. El estado español encuentra un aliado de garantías que le ayudará. A cambio, únicamente, deberá ceder posicionamiento militar estratégico. A mediados de los 50 la compañía recuperó los mercados europeos y la provisión de materiales. A finales de esta década llega un momento donde España no tiene prácticamente tesorería para hacer pago del petróleo necesario para el combustible y la economía, por ello deben tomar medidas. Estas llegan a través del Plan de Estabilización Económica. «Los efectos del capitalismo se dejan sentir entre los obreros», destacan Ortiz y Prats. Mucha mano de obra tendrá que emigrar a países extranjeros, mayoritariamente Alemania y Francia. «Esta gente que se marchó al extranjero a trabajar vive allí manteniéndose, sobreviviendo y ahorrando. Ese ahorro son las divisas que manda a España y le vienen muy bien al gobierno de la nación», destacaba Buenaventura. La entrada de capital extranjero hincha la empresa y hace que se respire un panorama prometedor en pleno desarrollismo, la dependencia de Puerto de Sagunto de la siderurgia ya es total.
A partir de este momento, a nivel productivo empieza a sobrar mucha gente, pues la empresa cambia su enfoque. Pasan de un enfoque paternalista a uno de control de costes de producción y búsqueda de la disminución de estos debido a la Metodología de la Organización Científica del Trabajo. «Se estudiaba el proceso productivo, se revisaba lo que se tardaba en cada tarea y se buscaba acortar los tiempos», contaba Buenaventura. Con esto se empiezan a suprimir muchos beneficios sociales que, en otros momentos, de una forma más interesada, se usaron para llamar y fijar al personal.
Con la llegada de los años sesenta la intervención estatal se desarrolló través del Plan Siderúrgico Nacional de 1964, «cambiando el escenario de la siderurgia española privada, que veía como desde el estado franquista se creaban empresas siderúrgicas controladas por el INI», explicaba Garcés. A partir de eso, con una fábrica donde no iban acorde inversiones y producción, surge una oportunidad de oro. El gobierno quiere construir una nueva planta siderúrgica integral en España. La primera fase, a principios de los 70, coincide con la crisis del petróleo y los cálculos y datos que se habían hecho para acometer esta nueva planta siderúrgica integral se desmoronan y paralizan el seguir con nuevas inversiones. Al mismo tiempo, Altos Hornos de Vizcaya, al ver todo la situación, decide quitarse de encima las instalaciones de una forma egoísta y se las traspasa al gobierno por medio del INI. En 1971 se constituyó en Sagunto la empresa Altos Hornos del Mediterráneo (AHM).
Cierre y reconversión (1973 - 1985)
Los años 80 supusieron el desmantelamiento y cierre de Altos Hornos del Mediterráneo. Esa empresa que se había creado hace poco no daba más de sí. En 1983 se produce la reconversión del sector siderúrgico en España y comienza el cierre de la compañía que se había fundado hace escasos años: AHM. Las huelgas cada vez eran mayores y la comarca se iba sumando a ellas. Se empieza a ir a Valencia, Madrid y otras localidades, los trabajadores aumentan su lucha con la intención de llegar hasta el final, que no sabían cuál era, pero creían que debían intentarlo. A principios de 1984, los concejales saguntinos del momento se encierran con los trabajadores de fábrica para mostrar su solidaridad. Era una muestra más de la fuerza que estaba teniendo el movimiento obrero. En octubre del mismo año es apagado definitivamente el alto horno N.º 2, emblema hoy de los días pasados. En el 86 AHM ha sido desmantelado al 100 % y los trabajadores están siendo recolocados o prejubilados tras años de intensa lucha (junto con todo el municipio) para poder ver nacer y crecer un pueblo como Puerto de Sagunto.
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ESCUCHA ÍNTEGRA LA ENTREVISTA CON BUENAVENTURA NAVARRO HERRAIZ
Adentrémonos en diferentes elementos del patrimonio industrial que nos servirán de guía para conocer el nacimiento, crecimiento y posterior reconversión de Puerto de Sagunto:
Fuente: Elaboración propia // Los lugares con un corazón granate son aquellos de los que hablaremos.
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