El 22 de abril se anunciaba que el papa Francisco ha aprobado el Año Jubilar con motivo del 350 aniversario de la canonización de San Francisco de Borja y el 450 aniversario de su muerte. Gandia es conocida por haber albergado el hogar de la familia Borja, famosa también por los papas Calixto III y Alejandro VI. Hablar de los Borja es entender el patrimonio histórico y cultural que alberga la capital de la Safor.
Centrándonos en la historia de la familia Borja en Gandia, el punto inicial es en 1455, cuando Alfonso de Borja se convierte en el papa Calixto III. A partir de ahí, Rodrigo de Borja, sobrino de él, es nombrado cardenal y empieza a servir a Fernando el Católico. Así, en 1485, Rodrigo de Borja compra Gandia para su hijo Pedro Luis de Borja y Fernando el Católico lo nombra primer duque de la ciudad. Existe la creencia de que los Reyes Católicos le ofrecieron Gandia a cambio de la bula papal que permitiese su matrimonio. Sin embargo, uno de los historiadores y guías del Palacio Ducal de la ciudad lo desmiente.
Más tarde, en 1492, Rodrigo de Borja se convierte en el papa Alejandro VI. El tener hijos ya dentro de la Iglesia, no fue impedimento para llegar a ser cardenal ni papa.
Por otro lado, ya en junio de 1546, el IV duque de Gandia, Francisco de Borja y Aragón, marqués de Llombay, ingresa en la Compañía de Jesús tras la muerte de su esposa Leonor de Castro en marzo de ese mismo año. Anteriormente a ello, el duque se relacionaba con la compañía prestando su ayuda económica.
Así, Francisco de Borja empieza a dedicarse plenamente a su vida religiosa y, ocho años más tarde de su ingreso, se convierte en el comisario general de los jesuitas en España. No obstante, su crecimiento dentro de la iglesia no termina ahí. En 1565, tras la muerte del Padre Laínez, se convierte en Padre General de toda la orden. Asimismo, cien años después de su muerte, en 1671, lo canonizan como san Francisco de Borja.
La vinculación de la familia Borja con la Iglesia y el Vaticano en aquella época, les convirtió en personajes relevantes no solo en España, sino también a nivel mundial. Sin embargo, enfocándonos en el nivel local, la familia ha permitido que Gandia guarde edificios como el Palacio Ducal o la Colegiata de Santa María.
Patrimonio histórico y cultural
La Colegiata de Santa María tiene su origen hacia 1245, cuando se empieza a construir una parroquia tras la conquista del Castillo de Bairén por Jaime I el Conquistador.
Luego, Alfonso de Aragón el Viejo la amplia a finales del siglo XIV. Pero será Dª María Enríquez de Luna quien consiga la bula del papa Alejandro VI, su suegro, para erigir la parroquia en colegiata. María Enríquez era la mujer de Juan de Borja, II duque de Gandia, y, por tanto, duquesa de la ciudad.
Otra construcción de Alfonso el Viejo es el Hospital de Sant Marc. No obstante, fue la madre de Francisco de Borja, Juana de Aragón y Gurrea, quien compró los edificios anexos para ampliarlo. Así, el mismo Francisco de Borja acabó la reforma.
Actualmente, el antiguo hospital es el Museo Arqueológico de Gandia (MAGa), desde 1972, y el Museo de Santa Clara, desde 2015.
El Museo de Santa Clara consiste en una exposición del legado artístico que dejaron los Borja en el Convento de Santa Clara. Por él, pasaron diversas mujeres de la familia, como María Enríquez y cinco hermanas de San Francisco. Para ingresar en el convento, se realizaba también una especie de dote, en el que donaron las obras artísticas.
A día de hoy, es un convento de clausura de la Orden de las Clarisas coletinas.
Por otro lado, en Gandia, se sitúa la primera universidad jesuita del mundo. Delante de ella, se encuentran las estatuas de la familia Borja. De hecho, la plaza, nombrada Escoles Pies, se conoce popularmente como la plaza de las estatuas.
El duque Francisco de Borja fundó la universidad en 1549 para, luego, donarla a la Compañía de Jesús. Pero con la expulsión de los jesuitas del territorio español, quedó en desuso y, en 1806, pasó a ser de los Escolapios. En la actualidad, es un colegio/instituto concertado propiedad de la orden.
Cerca de allí, en la plaza del beato Andreu Hibernon, está la iglesia de Sant Roc, la cual se está reformando para convertirla en museo. Esta formaba parte del convento que mandó construir el duque Carlos, hijo de Francisco de Borja.
Ahora, solo queda la iglesia. El convento pasó a ser la biblioteca central de la ciudad, aunque se puede visitar su claustro dentro de ella.
Por último, el Palacio Ducal de Gandia. El edificio tiene sus orígenes a finales del siglo XIV, cuando Alfonso el Viejo hereda la ciudad y la eleva a Ducado Real. Es entonces cuando se construye el palacio. No obstante, es la familia Borja la que lo amplía y Francisco de Borja quien, además, remodela el Salón de Coronas. Aunque, se tuvo que reformar durante los siglos XIX y XX, ya que estaba prácticamente en ruinas cuando lo compró la Compañía de Jesús en 1890.
Entre su historia, destaca la obra de Goya 'San Francisco de Borja despidiéndose de su familia' ambientada en la escalera del patio y pintada en 1788.
La familia Borja, poderosa y rica en su tiempo, otorgó a Gandia el patrimonio cultural e histórico que caracteriza a la ciudad. Asimismo, destaca la figura de San Francisco de Borja por su inversión, primero como duque y, luego, como jesuita. El hospital de Sant Marc, la antigua universidad o el mismo palacio son ejemplos de ello.
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