Coronavirus: una nueva amenaza medioambiental



Desde el año pasado el uso del plástico ha aumentado en gran medida por la crisis de la COVID-19. Guantes, epis, envases de gel hidroalcohólico y especialmente mascarillas son lanzadas cada día al mar. Los sistemas de residuos y reciclaje se han colapsado en algunos países. Los expertos aseguran que si no se reacciona ante esta situación, más del 70 % de estos plásticos acabará en el océano, y un 12 % será quemado, aumentando gravemente el nivel de contaminación del planeta. Diversas asociaciones ecologistas denuncian cómo las autoridades no le dan la importancia necesaria a la situación medioambiental.

«Hemos conseguido que salga en los medios de comunicación el hecho de que en Denia hay acantilados llenos de mascarillas. Evidentemente, el mar te devuelve lo que le tiras», expresa Pep De la Rubia, coordinador de residuos y agroecología de Ecologistes en Acció. Desde el comienzo de la pandemia, más de 700 millones de mascarillas son las que se desechan en España cada mes. Esta cifra ha aumentado durante el estado de alarma. Los motivos, entre otros, son el miedo a contagiarse de COVID-19 y la alta incidencia de casos en los centros médicos.

En la Comunitat Valenciana, la falta de espacio para el almacenamiento de los hospitales se ha solucionado temporalmente depositando los residuos en Feria Valencia o en la Institución Ferial Alicantina. Desde hace un año, miles de toneladas de residuos sanitarios se acumulan en los hospitales sin un plan de gestión concreto. Para este problema, las asociaciones ecologistas apuestan por el uso de material no desechable, como mascarillas reutilizables o dispensadores rellenables de gel hidroalcohólico, siempre que sean homologados. «Si fomentamos el políticas de mascarillas reutilizables, donde el fabricante te garantiza unos usos con total seguridad, no requeriríamos de tal cantidad de plástico», explica De la Rubia.

Ecologistes en Acció, entre otras asociaciones ecologistas, catalogan este problema medioambiental como otra pandemia generada por la Covid-19. Esta ola, esta vez llena de plástico, está trayendo los residuos tanto a las vías urbanas como a los lugares más naturales. «Nosotros siempre abogamos por la educación ambiental, campañas específicas... la gente no es consciente de que en los espacios naturales los residuos permanecen más tiempo que en los urbanos. Nadie va detrás de nosotros recogiendo lo que dejamos», denuncia Laura Llopis, representante de Acció Ecologista Agró.


Agró recalca la importancia del poder que tiene la ciudadanía para frenar la contaminación de material sanitario, principalmente en los espacios más naturales. Llopis hace hincapié en la educación medioambiental para que la sociedad entienda las playas y entornos como lugares naturales, y no como solamente lugares de ocio. Todos debemos ser responsables con nuestras acciones.


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