Tres de cada diez personas que morían por tumores lo hacían en sus casas
Fuente: El País
Puigvert Romero, Elena y Climent Susierra, Carlos. Castellón.
Nunca antes se habían contado tanto y con tanta precisión las muertes. Es otra consecuencia de la pandemia. Ahora se sabe que, desde enero hasta finales de mayo, han muerto en España 225 930 personas, registradas por el INE. Es un aumento del 24,1 % respecto al mismo periodo del año anterior, 43 945 muertes más.
La COVID-19 está detrás de un gran número de estos fallecimientos. Si en marzo murieron de media 400 personas entre 2016 y 2019 por enfermedades infecciosas y parasitarias (se incluye la COVID-19), en 2020 la cifra ascendió hasta 11 347 ese mismo mes.
Patologías ajenas a la COVID se llevaron 57 135 vidas solo en domicilios particulares. El colapso de las urgencias y la atención primaria hizo que muchas personas quedasen desatendidas. Esto provocó, junto al confinamiento domiciliario, que el lugar donde los enfermos morían por motivos distintos a la COVID-19 pasase a ser el hogar. La pandemia obligó a los centros sanitarios a ampliar sus camas UCI (Unidades de Cuidados Intensivos). Este aumento no fue suficiente para evitar la saturación y poder atender todos los diagnósticos. El número de camas UCI en España se situaba en 5799 en 2018. Durante la pandemia a esta cifra se le sumaron más de 4000 camas. De estas, casi un tercio estaban ocupadas por pacientes COVID, según el Instituto Nacional de Estadística.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.
La pandemia trasladó a casa las muertes por tumores
De enero a mayo de 2020, 3 de cada 10 personas que morían por tumores lo hacían en sus casas, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística. Los mismos muestran que en marzo, abril y mayo de 2020, los fallecimientos por esta causa disminuyen en los hospitales, pero aumentan en los domicilios particulares. Durante el primer mes del estado de alarma perdieron la vida en los centros sanitarios 440 personas menos —por tumor— que el año anterior. No obstante, las defunciones en los domicilios aumentaron en una cifra de 416. Lo mismo pasó en el mes de abril, disminuyendo 1607 y aumentando en los hogares particulares 1241, según el INE. Esto se repitió de una forma similar en mayo. Los datos no reflejan que las vidas perdidas por tumores hayan disminuido de forma brusca durante la pandemia, sino que el lugar de óbito ha cambiado. De hecho, según la misma fuente, el cáncer fue la tercera causa de mortalidad en España durante 2020.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE.
Nadie estaba a salvo, la primera ola llegó a todas las patologías
Un caso similar sucede con las enfermedades que afectan al sistema circulatorio. Los primeros meses del 2020 fueron muy similares a años anteriores en cuanto a defunciones en los hospitales y casas particulares. Sin embargo, en marzo, abril y mayo la cosa cambió. Las vidas perdidas en centros sanitarios disminuyeron. Las familias veían morir a sus seres queridos en sus propios domicilios. Por ejemplo, en el mes de abril, la media entre 2016 y 2018 en centros sanitarios se situaba en 4582 muertes. En 2020 el número descendió a 3554. Parte de ese descenso se traslada a fallecimientos en hogares particulares los siguientes meses: la media —entre 2016 y 2018— en estos lugares se situaba en 3 307. En 2020 fueron 505 vidas más.
Existen enfermedades donde el número de fallecimientos siempre ha sido menor (respecto a otros diagnósticos), pero también sufrieron un amplio crecimiento en cuanto a las pérdidas en hogares. Es el caso de las malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas. Las defunciones en hospitales por estas patologías no vieron mucho cambio durante los primeros cinco meses del 2020. Las cifras eran muy similares a años anteriores. Sin embargo, las muertes en domicilios en marzo de 2020 experimentaron un incremento del 75 % respecto al mismo mes del año anterior. En abril, el incremento fue de un 46.6 %, según los datos del INE.
Siguiendo esta línea, ocurre algo parecido con las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas. El número de fallecimientos en centros hospitalarios era muy similar durante el inicio del 2020 a la media de los recogidos desde 2016, sin importar el mes. No obstante, en marzo, abril y mayo del año de la pandemia, los acontecimientos cambiaron. En abril las casas vieron cómo 246 familias más —respecto a la media entre 2016 y 2018— perdían algún allegado.
Fuente: El Mundo
Rehuir del médico por miedo a contagiarse de COVID-19
Ante la situación tan alarmante debido a la pandemia algunos ciudadanos, sumidos en el pánico, optaron por no acudir a los hospitales. «Hay pacientes que, por miedo, lo pasaron horriblemente mal en casa hasta que decidieron acudir a urgencias», afirmó en mayo de 2020 Ernest Bragulat, Jefe de Urgencias del Clínic, para El Periódico. Los datos aportados por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), reflejan que, al principio del confinamiento, las urgencias por motivos no relacionados con la COVID cayeron un 75 % respecto al año anterior. Además, el presidente de la SEMES, Juan González Armengol, destacaba que «esta reducción de visitas a urgencias» se traducía en pacientes que acudían al hospital «con cuadros clínicos muy avanzados», lo cual supuso un problema.
Estos dos factores (miedo y colapso hospitalario) han reflejado un incremento de las muertes por patologías ajenas al coronavirus en domicilios particulares respecto a años anteriores. Los tumores han sido la enfermedad más afectada por este fenómeno. Según datos de la Sociedad de Oncología Médica (SEOM), 1 de cada 5 casos de cáncer en España no han sido diagnosticados durante el año pandémico.
La epidemia, el pánico y la saturación caracterizaron este período denominado primera ola. La gran tragedia sucedió con las muertes de la COVID y ocultó el impacto de otras enfermedades. En casa, muchos españoles morían de patologías de siempre sin recibir atención.
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