¿Soy quién soy porque soy así o porque no me dejaron ser?

Fuente: Getty Images

Recuerdo que todo comenzó en mi infancia por una decisión que tomaron mis padres con muy buena intención, pero que -con los años- terminó volvíendose en mi contra. Yo era una niña con una apariencia física un poco atípica, digamos que -siguiendo los estereotipos-, no cumplía con todo aquello que debería ser porque era niña y no niño.

Cuando nací mi familia decidió no agujerearme las orejas, les parecía algo cruel hacer pasar a un bebé por un momento tan desagradable por una mera convicción social únicamente estética. Además, el corte de pelo favorito de mis padres siempre ha sido al estilo ‘garçon’, lo que ayudaba a confundir mi género.

No recuerdo la primera vez que alguien me dijo que yo era un chico y no una chica. Mi madre siempre me cuenta que me ofendía y les decía con tono enfadado que yo era una chica. ¡Qué lástima! Era tan solo una niña y no entendía cómo los demás no podían ver que lo era, aún cuando iba vestida con ropa que -siguiendo los cánones de aquel entonces- era usada solo por el género femenino.

Por un túnel de silencio ese momento marcó el resto de mi vida y, probablemente, la de muchas personas. Ser diferente a lo establecido se volvió mi talón de Aquiles y era usado por todo aquel que quería dañarme para hacer que lo pasara mal. Me pregunto en qué momento dejé que mi personalidad se volviera la misma que la del resto, por qué dejé de lado todo aquello que era parte de mi esencia. Todo esto ha derivado en un tremendo pánico por cortar mi melena, me he convertido en Sansón y no quiero perder mi fuerza. 

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