En deportes como el fútbol, la
figura de los denominados ‘padres entrenadores’ o ‘entrenadores en la banda’,
está muy presente. Son muchos los padres que ven en sus hijos aquello que ellos
nunca llegaron a ser. Y esto puede suponer un problema para los entrenadores y
una confusión para los jóvenes deportistas que están iniciándose en cualquier disciplina.
La función de estos padres es innecesaria y deriva a que la ilusión que supone el hecho de aprender un deporte o actividad nueva se pierda, y en vez de la diversión, reine el miedo a hacerlo mal o ser regañados. María Valls, psicóloga deportiva, afirma que: «el deporte está hecho para que disfrutes, cuando los padres hacen eso, el niño deja de disfrutar y lo más probable es que acabe haciendo un abandono de la práctica deportiva».
Hace poco menos de un año y
medio, los niños estaban acostumbrados a tener a sus padres o familiares más
cercanos a su lado tanto en entrenamientos, como en partidos o competiciones
importantes, pero eso cambió. Está claro que la ausencia de las figuras
paternas en estos momentos de iniciación se echa en falta por ambas partes,
pero no debe convertirse en una preocupación, ya que, profesionales como María,
aseguran que la ausencia de los padres beneficia muchísimo a la concentración y
el disfrute del niño, ya que la presión de hacer bien las cosas delante de tu
familia, desaparece.

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