Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) no son una pataleta de adolescente. Tampoco entienden de sexo ni de edad. Unas 400.000 personas sufren alguna TCA en España, predominando la franja de edad de entre los 14 y los 24 años, según datos de la Fundación Fita.
Irene Huguet (Valencia, 21 años) tuvo que enfrentarse a sus 15 años a una TCA: la anorexia. Actualmente es estudiante de psicología y realiza triatlón. La anorexia apareció en su vida y le hizo bajar de peso hasta límites peligrosos. No acudió a ningún especialista para bajar de peso, simplemente dejó de comer porque era la manera de poder expresar que no estaba a gusto con ella misma. La terapia supuso un cambio, aunque al principio lo afrontó con un poco de miedo: «Ir al psicólogo suponía que a lo mejor engordaba, porque engordar suponía recuperarme».
El ruido que es capaz de crear en la mente los pensamientos
obsesivos respecto al peso es extremadamente dañino. Por eso, la anorexia, al igual que ocurre con otras TCA, no están únicamente relacionadas con la comida. Cuando el cuerpo deja de recibir el alimento que necesita es posible que se desencadenen otros problemas, como la ansiedad, la depresión, e incluso la esquizofrenia.
Irene ha querido contar su historia para dar voz a esta problemática y servir de ayuda para quienes estén pasando por su misma situación. «Tienes que tomar el proceso como un "sube-baja". Hay días que estarás bien, y otros que estarás mal. Tómate con calma los días que estés mal», reflexionaba la protagonista.
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