El turolense, que se encontraba en uno de sus mejores momentos de su carrera y 24 horas antes de volver a pelear por el campeonato de su tierra, sufrió un percance que repercutió en una grave lesión en la mano. El joven ciclista recuerda el accidente y confiesa que para él fueron momentos muy duros, ya que los médicos fueron muy tajantes: «Me dijeron que me tendrían que amputar dos dedos de la mano».
A pesar de la situación, pudieron conseguir que la mano «se quedara más o menos bien». Villegas se encontraba fuerte mentalmente, con la rehabilitación empezada, tenía esperanzas de volver a competir lo antes posible. De pronto llegó el confinamiento, algo que afectó duramente al ciclista ya que la recuperación dio un paso atrás: «Fue una vuelta a empezar, algo muy complicado de asumir».
El joven integrante del equipo Manzur, señaló que en esos momentos tan complicados tenía que ser positivo, que él sabía que iba a ser un tiempo de recuperación para así volver más fuerte. Finalmente, gracias a una constancia y un sacrificio necesarios, consiguieron «hacer un milagro» y rehabilitar el movimiento de la mano casi al completo. «No me imagino el no poder volver a montar en bicicleta», añadió el turolense.
Tras pasar por uno de los momentos más difíciles de su vida, Villegas prepara su vuelta a las competiciones con unos nuevos objetivos ya que él está haciendo «una pretemporada más ligera que los demás». Pero, a pesar de todo, deja un mensaje claro y optimista: «Espero estar dando guerra en el mundial».
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